jueves, 16 de julio de 2009

ETIQUETA EN LA OFICINA






PRESENTACIÓN PERSONAL.



Pocas personas visten exclusivamente para sí mismas, la mayoría lo hace para los demás pero debemos tener mucho cuidado con esto y preguntarnos para quién o quienes exactamente nos vestimos. Independientemente de esto debemos vestirnos de modo que mostremos respeto por nuestra persona, profesión u oficio, nuestro puesto y nuestra compañía.
En una empresa es de mal gusto que las mujeres vistan con faldas muy cortas o trajes provocativos. En el caso de los varones de igual mal gusto es que se presenten con camisa sin abotonar o pantalones ajustados. El buen gusto y la elegancia terminan donde inicia el ridículo. La forma de vestir representa nuestra personalidad y educación, demostremos que hacemos valer ambas.




PUNTUALIDAD



Es un aspecto a considerar en toda actividad de la vida diaria. Esta es fiel reflejo de la personalidad del individuo y una cualidad que denota buena educación. La impuntualidad nunca será disculpada mientras que la puntualidad es una muestra de consideración hacia los demás, es señal de urbanidad y buenas maneras.




TRATO CON LOS DEMAS.
Para lograr una buena convivencia con nuestros compañeros de trabajo podemos considerar los siguientes consejos:
•Evite que sus amigos o familiares le visiten en la oficina si no es realmente necesario.
•Trate de dejar su mal carácter fuera y no se "descargue" con sus compañeros.
•Cuando ingrese a la oficina de otro funcionario, avise y no entre como ignorando que hay una persona adentro. Si alguien entra con deseos de charlar y usted está atendiendo algún asunto de trabajo, salga por un momento e indíquele a la persona que podrán charlar luego.
•Recuerde que la amabilidad y el respeto no riñen con la firmeza y defensa de sus derechos.
•No divulgue sus problemas personales como si fueran la última noticia del día. Haga respetar su vida privada y la de sus seres queridos.
•No se abuse de sus compañeros pidiendo dinero u objetos personales prestados amparado en la relación a no ser que sea realmente necesario.
•Recuerde que TODOS SOMOS IGUALES en nuestra calidad de seres humanos.
•No pronuncie palabras vulgares ni comentarios en detrimento de la dignidad de sus compañeros de trabajo.



•Si le disgusta algo de algún compañero de trabajo, dígaselo de frente y no divulgue errores de los demás a sus espaldas.

El coste de los malos modales. Saber estar y negociar.


Muchos negocios pierden un sin número de clientes cada año porque, entre otras razones, los empleados no tienen cortesía ni buenas maneras. Más grave aún es el hecho de que más de la mitad de esos clientes se van a los negocios de la competencia, sin que los dueños de la empresa sepan porqué están perdiendo clientela.

Noraida Vázquez, consultora de la firma Rosaly, McCloskey & Huyke, compañía especializada en seminarios y tutorías sobre etiqueta profesional, indicó que la ausencia de buenos modales va en aumento según lo confirman estudios hechos por su firma aquí en la isla, así como encuestas hechas en años recientes en los Estados Unidos. Citó un estudio reciente que arrojó que el 68% de los encuestados dijo que se sentían descontentos con las actitudes de indiferencia que recibían en el trato con distintas empresas. Muchas veces los patronos invierten en estudios sobre cómo atraer clientes, según Vázquez, pero se olvidan de cómo mantenerlos, y hasta desconocen de que algunos se fueron por un mal trato que recibieron de parte de un empleado. "Los buenos modales no tienen nada que ver con la educación académica ni es exclusivo de un grupo elitista", señaló. Para ella, la palabra etiqueta hay que desmitificarla porque la gente la relaciona con cierto grupo social, con un nivel socioeconómico alto o de gran cultura; y no se dan cuenta de que es algo que afecta las relaciones interpersonales, incluso las de negocios. La falta de modales, así como la falta de destrezas de comunicación entre el personal del negocio afectan a la productividad de la empresa. "A veces se confunden los buenos modales y la cortesía como algo pasado de moda o vanal; pero eso tiene que ver con los valores que nos distinguen como pueblo", agregó. La experiencia de ambas empresarias es que aún a niveles de la alta gerencia o del dueño de la empresa se ven casos donde faltan las buenas maneras. Esto puede apreciarse en la forma en que ese ejecutivo contesta el teléfono, en el lenguaje corporal, o en cómo se comporta en un almuerzo de negocios, entre otras actividades. El síndrome de "mi amor".Rosaly señaló que erróneamente hay empleados que recurren a lo que llamó "cariñismos", que son frases tales como "mi amor", "nena", "corazón", cuando hablan con un cliente o proveedor. Con ello, los empleados creen que están siendo más amables o que están dando un buen servicio, pero es todo lo contrario, ya que el uso de estas frases en los negocios y con personas particulares denota falta de modales. Otros errores comunes y que reflejan una falta de buenas destrezas de comunicación son el uso de los anglicismos, las muletillas, y los verbos "fáciles", como "bregar", dijo Rosaly. De otro lado, la falta de buenas maneras al contestar el teléfono se percibe cuando la persona que contesta no se identifica, o cuando tutea al interlocutor sin conocerlo, o cuando hay una filtración excesiva de la llamada y la pasan de persona en persona.










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